Uno dice no hay tal crisis, y se ríe con la mejor cara de tonta.
Uno dice no hay tal crisis, y no levanta la mirada.
Uno dice no hay tal crisis, y habla como si nada sobre el tema.
Uno dice no hay tal crisis, y se muere por dentro.
Uno dice no hay tal crisis, y se golpea con lo primero que encuentra.
Uno dice no hay tal crisis, y rompe lo que tiene en las manos.
Uno dice no hay tal crisis, y rompe en llanto.
Uno dice no hay tal crisis, cuando en verdad está muriendo por dentro por una crisis que no la deja salir adelante y la hace perder todas las pocas fuerzas que creyó tener. Y por cada palabra que te digan cada segundo caer más y más.
Entonces...
No hay tal crisis.
