Aquí están un par de grandes que sueltes algunas lenguas.
28 febrero, 2013
22 febrero, 2013
21 febrero, 2013
18 febrero, 2013
15 febrero, 2013
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes no precedieron,
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.........
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes no precedieron,
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.........
-Cuando te despiertas por la mañana, ¿estás contento? ¿Estás contento durante el día? Y cuando te vas a la cama a dormir, ¿te encuentras bien?
(...) Cuando ves a un amigo venir hacia ti, ¿te alegras? ¿Te fastidia? Cuando ves un paisaje, ¿se te mete dentro, te impresiona? ¿Y la música? Intenta pensar en el extranjero. ¿Te gustaría ir? ¿Te excita la idea? ¿O te preocupa?
¿Esperas con alegría el día de mañana? ¿Lo que sucederá dentro de tres días? ¿Y el futuro? ¿Te excita? ¿Te entristece? ¿Y ahora? ¿Te van bien las cosas ahora? ¿Estás contento contigo mismo?
14 febrero, 2013
13 febrero, 2013
El tercer año es el vencido...
When you're too in love to let it go ...
Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you
And ignite your bones
And I will try to fix you
05 febrero, 2013
Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad. Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoger rosas sin sentir sus espinas. Nadie recoge cosechas sin probar muchos sabores... enterrar muchas semillas, y abonar mucha tierra. Nadie hace obra sin martillar sobre un edificio, ni cultivar amistad sin renunciar a si mismo.
No te dejes engañar por mí. No te engañen mis apariencias. Porque son sólo una máscara,
tal vez mil máscaras, que me da miedo quitarme, aunque ninguna de ellas me represente.
Aparento sentirme seguro, que todo va de maravilla, tanto dentro como fuera; aparento ser
la confianza personalizada, poseer la calma como una segunda naturaleza, controlar la
situación y no necesitar de nadie.
Pero no me creas, te lo ruego. Exteriormente puedo apareces tranquilo; sin embargo, lo
que ves es una máscara. Debajo, escondido, está mi verdadero yo de confusión, en el
miedo, en la soledad.
Pero lo escondo. No quiero que nadie lo sepa. Me invade el pánico ante el solo pensamiento
de mostrarlo.
Por eso necesito constantemente crear una máscara que me oculte, una imagen pretenciosa
que me proteja de la mirada perspicaz.
Pero, precisamente esa mirada es mi salvación. Mi única salvación. Y yo lo sé.
Mas, cuando viene acompañada de la aceptación, del amor, entonces se convierte en lo único
que puede liberarme de mí mismo, del mecanismo de barreras que he levantado; lo único que
puede asegurarme de algo de lo que no logro convencerme a mí mismo: de que en verdad
tengo algún valor.
Pero esto no te lo digo. No tengo valor para ello. Temo que tu mirada no venga acompañada de
la aceptación, del amor. Temo, quizá, que no me tomes en serio y que tu sonrisa acabe
matándome. Tengo miedo, en el fondo, de no valer nada, y que tú te des cuenta y me rechaces.
Entonces sigo con mi juego de pretensiones desesperadas, con apariencia de seguridad por
fuera y como un niño tembloroso por dentro.
Exhibo mi desfile de máscaras, y dejo que mi vida se vuelva una ficción. Te cuento todo lo que
no cuenta nada y nada de lo que de verdad es importante, de lo que me atormenta por dentro.
Por eso, cuando descubras esta rutina, no te dejes engañar por mis palabras: escucha bien
lo que te digo, lo que quisiera decir, lo que necesito decir, pero no logro expresar.
A veces parece que, cuando más te acercas, tanto más me rebelo contra tu presencia. Es algo
irracional, pero es así: lucho contra lo que necesito . ¡Así es a menudo el ser humano!.
Ayúdame a derribar estas barreras con tus manos fuertes, a la vez que delicadas, porque un
niño es siempre algo muy frágil. ¿Quién soy yo?, te preguntas. Soy alguien a quien conoces
muy bien. Soy cada persona que encuentras. Soy tu mismo.
tal vez mil máscaras, que me da miedo quitarme, aunque ninguna de ellas me represente.
Aparento sentirme seguro, que todo va de maravilla, tanto dentro como fuera; aparento ser
la confianza personalizada, poseer la calma como una segunda naturaleza, controlar la
situación y no necesitar de nadie.
Pero no me creas, te lo ruego. Exteriormente puedo apareces tranquilo; sin embargo, lo
que ves es una máscara. Debajo, escondido, está mi verdadero yo de confusión, en el
miedo, en la soledad.
Pero lo escondo. No quiero que nadie lo sepa. Me invade el pánico ante el solo pensamiento
de mostrarlo.
Por eso necesito constantemente crear una máscara que me oculte, una imagen pretenciosa
que me proteja de la mirada perspicaz.
Pero, precisamente esa mirada es mi salvación. Mi única salvación. Y yo lo sé.
Mas, cuando viene acompañada de la aceptación, del amor, entonces se convierte en lo único
que puede liberarme de mí mismo, del mecanismo de barreras que he levantado; lo único que
puede asegurarme de algo de lo que no logro convencerme a mí mismo: de que en verdad
tengo algún valor.
Pero esto no te lo digo. No tengo valor para ello. Temo que tu mirada no venga acompañada de
la aceptación, del amor. Temo, quizá, que no me tomes en serio y que tu sonrisa acabe
matándome. Tengo miedo, en el fondo, de no valer nada, y que tú te des cuenta y me rechaces.
Entonces sigo con mi juego de pretensiones desesperadas, con apariencia de seguridad por
fuera y como un niño tembloroso por dentro.
Exhibo mi desfile de máscaras, y dejo que mi vida se vuelva una ficción. Te cuento todo lo que
no cuenta nada y nada de lo que de verdad es importante, de lo que me atormenta por dentro.
Por eso, cuando descubras esta rutina, no te dejes engañar por mis palabras: escucha bien
lo que te digo, lo que quisiera decir, lo que necesito decir, pero no logro expresar.
A veces parece que, cuando más te acercas, tanto más me rebelo contra tu presencia. Es algo
irracional, pero es así: lucho contra lo que necesito . ¡Así es a menudo el ser humano!.
Ayúdame a derribar estas barreras con tus manos fuertes, a la vez que delicadas, porque un
niño es siempre algo muy frágil. ¿Quién soy yo?, te preguntas. Soy alguien a quien conoces
muy bien. Soy cada persona que encuentras. Soy tu mismo.
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